Auditoría de Directorio Activo

La auditoría de Directorio Activo tiene como objetivo evaluar la seguridad, organización y correcta configuración del dominio corporativo. A través de este análisis, se identifican configuraciones inseguras, permisos excesivos, cuentas privilegiadas mal gestionadas y prácticas que puedan facilitar movimientos laterales, escaladas de privilegios o accesos no autorizados. La revisión detallada de objetos, GPO, unidades organizativas, cuentas y delegaciones permite detectar fallos que podrían ser explotados internamente, reforzando así la seguridad del entorno de dominio frente a amenazas internas o ataques que logren acceder a la red.

Fases de la auditoría

La auditoría comienza con una reunión de kick-off, donde definimos contigo el alcance técnico, los objetivos, el cronograma de trabajo y los recursos implicados. Tras esta reunión, te entregamos una planificación detallada que describe cada fase y las actividades previstas.

En la primera fase se recopila información sobre la estructura general del Directorio Activo, incluyendo el número y tipo de dominios, los controladores de dominio, la organización de las unidades organizativas (OU), las relaciones de confianza existentes y las políticas principales aplicadas en el entorno. Este análisis proporciona una visión inicial del diseño lógico y jerárquico de la infraestructura, permitiendo identificar posibles puntos de debilidad o complejidad innecesaria.

Con la información anterior, se inicia una revisión detallada de los elementos críticos de seguridad. Se analizan las políticas de grupo (GPO) aplicadas en diferentes niveles, identificando configuraciones inconsistentes o demasiado permisivas. Se examinan las cuentas con privilegios elevados, los grupos sensibles como Domain Admins, Enterprise Admins o Schema Admins, y las políticas de contraseñas y bloqueo de cuentas. Además, se comprueba el uso de protocolos inseguros como NTLM, y se evalúan las delegaciones de control, los mecanismos de autenticación y los eventos de auditoría habilitados, con el objetivo de detectar desviaciones respecto a las buenas prácticas y los marcos de referencia como el Esquema Nacional de Seguridad (ENS).

Con base en los hallazgos identificados, se emiten una serie de recomendaciones prácticas y priorizadas. Estas incluyen la reducción de privilegios innecesarios, la aplicación del principio de mínimo privilegio, el endurecimiento de las GPO, la segmentación lógica de unidades organizativas, la protección de cuentas administrativas, la mejora de políticas de contraseñas y el bloqueo de protocolos obsoletos o inseguros. El objetivo final es reducir la superficie de ataque, prevenir movimientos laterales y facilitar la detección temprana de accesos no autorizados.

La auditoría concluye con una presentación ejecutiva de resultados, orientada a perfiles no técnicos. En esta sesión exponemos las conclusiones de forma clara y sencilla, entregando un informe ejecutivo que sirva como guía para la toma de decisiones. Una vez implementadas las mejoras, realizamos una auditoría de revisión para verificar que las recomendaciones han sido subsanadas, y reflejamos el nuevo estado de la seguridad en un informe actualizado.

Pruebas y herramientas

La auditoría se basa en una revisión técnica manual realizada por un auditor especializado en infraestructuras de dominio. Este enfoque sin herramientas automatizadas permite examinar en profundidad la consola de administración de Active Directory, revisar las GPO aplicadas, analizar los grupos privilegiados, las delegaciones de control y otros elementos críticos del entorno. Esta metodología facilita la identificación de configuraciones inadecuadas, permisos excesivos o mal definidos, y errores que podrían facilitar accesos no autorizados o movimientos laterales.

Gracias a este enfoque detallado y orientado a riesgos reales, se obtienen resultados precisos y aplicables, que permiten al cliente fortalecer su entorno de dominio, reducir la exposición interna y alinear su infraestructura con estándares como el Esquema Nacional de Seguridad (ENS).

El pentesting de Directorio Activo es una auditoría de seguridad centrada en revisar la configuración, organización y administración del dominio corporativo. El objetivo es identificar configuraciones inseguras, permisos excesivos, cuentas privilegiadas mal gestionadas y fallos que puedan comprometer la seguridad de la red.

En un pentesting de Directorio Activo se detectan problemas como políticas de grupo (GPO) demasiado permisivas, cuentas con privilegios innecesarios, contraseñas débiles, delegaciones mal configuradas, uso de protocolos obsoletos como NTLM y falta de controles de auditoría. Estos fallos pueden ser aprovechados por un atacante si consigue acceso a la red.

Porque el Directorio Activo es el núcleo de la gestión de usuarios y permisos en muchas organizaciones. Una mala configuración puede permitir a un atacante escalar privilegios y comprometer la red. Con un pentesting de Directorio Activo se obtiene una revisión detallada y recomendaciones priorizadas para reforzar la seguridad y reducir la superficie de ataque.

Se recomienda realizar un pentesting de Directorio Activo al menos una vez al año y siempre tras cambios importantes en el dominio, incorporación de nuevos usuarios, migraciones de sistemas o aplicación de nuevas políticas de seguridad.

En PentestingTeam el pentesting de Directorio Activo tiene un precio estándar de 450 €. En infraestructuras más grandes o complejas, se estudia cada caso específico para ajustar el presupuesto al alcance real.

Un pentesting de Directorio Activo suele completarse en una semana. En la mayoría de los casos no es necesario ampliar más tiempo, salvo en entornos muy grandes o con configuraciones especialmente complejas.

No, ya que se trata de una auditoría de revisión de configuración y no de un ataque. En PentestingTeam analizamos las políticas, permisos y cuentas de forma no intrusiva, por lo que el proceso no afecta al funcionamiento del dominio ni a los usuarios.